Declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, la Semana Santa de Granada también está impregnada de ese embrujo que tiene todo lo que nos da esta ciudad.
Se trata por tanto de ocho días cargados de pasión, tradición y devoción que despiertan curiosidad hasta en el menos creyente.
Belleza es la palabra que define, sin lugar a dudas, la Semana Santa de Granada.
Repleta de momentos llenos de emoción y sobre todo, engalanando la ciudad al ritmo de redoble de tambor, palmas e incienso.
Pese a que durante los siglos XVI y XVII ya existían procesiones, no fue hasta el siglo XX cuando se consolidó esta tradición que ha llegado a considerarse como Semana Santa más espectacular.
A lo largo de estas líneas queremos exponer, de manera breve, diez de los motivos por lo que la ciudad nazarí merece ser visitada en estos particulares días.
Imaginería granadina
La Escuela Granadina de Escultura sembró en el siglo XVII las bases para todo el territorio español. Es por ello que a día de hoy cuenta con imágenes de gran valor.
Durante el comienzo, desarrollo y culmen de este movimiento cabe destacar tres nombres: Diego de Siloé, Pablo de Rojas y Alonso Cano.
Tanto Diego de Siloé como Alonso cano participaron en la construcción de la Catedral de Granada, contribuyendo a hacer de la misma uno de los edificios más representativos del renacentismo español.
A su vez, Pablo de Rojas participó con otros dos grandes escultores, Juan Bautista Vázquez y Bernabé de Gaviria, para realizar el retablo del Monasterio de San Jerónimo.
Imágenes tan representativas como la del Cristo de los Gitanos está realizada por Miguel Zuñiga Navarro o el Cristo de la Hermandad del Silencio, obra de José de Mora.
Grandes nombres se encuentran presentes en la semana de pasión Granadina.
Poder disfrutar de la belleza de estas esculturas en un escenario como es la ciudad granadina es, sin lugar a dudas, un lujo.
Cristo de los Gitanos
La particular celebración que se le da a esta imagen en la Abadía del Sacromonte hace de su salida todo un evento.
El traslado desde la Abadía al Sagrado Corazón de Jesús, situado en la Gran vía, reúne a cientos de personas para rendir culto al Cristo.
Se trata, por tanto, de un momento en el cual el Sacromonte decide bajar a la ciudad para posteriormente subir durante la madrugada que dará comienzo al Jueves Santo.
Pasión y tradición se unen por completo en este hecho. Si quieres vivir realmente la Semana Santa granadina, no te puedes perder esta salida.
Aprovechar para poder disfrutar de las calles del Sacromonte en pleno esplendor es uno de los principales motivos.

Hermandad del Silencio
Durante la Madrugá podrás ver uno de los momentos más emotivos de esta celebración. La Hermandad del Silencio procesiona a partir de la media noche por las calles granadinas.
Sin embargo, más allá de esta particular hora de comienzo, lo característico es el ambiente creado.
En completo silencio, con las luces de las calles apagadas, la imagen de José de Mora recorre lugares tan característicos como la Plaza de Santa Ana, la Catedral o la Carrera del Darro.

Las Chías
Perteneciente al Viernes Santo, la Pontificia Y Real Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor, más conocida como “Las Chías”, presenta una gran particularidad.
La Virgen de la Soledad es atribuida a Pedro de Mena, mientras que el Cristo del Descendimiento es de Diego de Aranda. En el Cortejo de esta procesión hay cuatro Chías.
Este elemento es el patrimonio singular que presenta esta Cofradía.
La prenda es un manto negro y corto usado en los lutos antiguos. Se trataba de un símbolo a nivel social.
Entre las hipótesis que se barajan están el hecho de que estas personas eran quienes precedían el Santo Oficio en los ajusticiamientos.
También se habla de figuras nobles o con algún tipo de autoridad que participaban en los cortejos fúnebres.

Las Chías formaban parte de la Cofradía de las Tres Necesidades y el Entierro de Cristo, hasta que en el proceso de incorporación de elementos de una en otra hermandad quedaron encuadradas en la hermandad actual.
Cristo del Campo del Príncipe
La Virgen de la Soledad procesiona de nuevo durante el Viernes Santo para acudir a una particular cita.
Sin el Señor de la Humildad, esta imagen se desplaza al campo del Príncipe.
Aquí se encuentra el Cristo de los Favores.
Es por todos los granadinos conocido el gran fervor que se le tiene en la ciudad a esta escultura que preside uno de los espacios más representativos.
Por ello, cada año, se reúnen alrededor de este Cristo para pedirle tres favores.

Se trata de un acto tradicional que aún a día de hoy no ha perdido ni una pizca de su encanto. Cargado de emoción y un gran sentimiento, disfrutar de este culto hace aún más increíble la Semana Santa de esta ciudad.
Santa María de la Alhambra
El Sábado Santo es uno de esos días en los que la Semana Santa granadina luce al máximo su esplendor.
La imagen de Nuestra Señora de las Angustias de Santa María de la Alhambra sale de la Parroquia de la Encarnación para bajar a la ciudad.
Esta procesión se caracteriza por crear algunas de las imágenes más bellas que se pueden dar durante esta semana de pasión. Teniendo parte de su recorrido por los jardines de la Alhambra, da lugar a estampas donde la belleza está más que presente.

La costumbre hace que la campana de la Torre de la Vela toque desde que la imagen sale de la parroquia hasta que cruza la Puerta de las Granadas.
Esta particular tradición también se repite a la vuelta a su templo. Cargada de belleza, misterio y sobre todo, fervor.
Santa María de la Alhambra camina entre los jardines que tanta historia han visto, otorgándoles olor a incienso y luz de las velas.
Hermandad del Trabajo
El Lunes Santo los zaidineros acuden a ver al Cristo del Trabajo.
Procedente de la Parroquia del Corpus Christi, en el famoso barrio del Zaidín, este paso recoge una particularidad.
Y es que, entre las imágenes que lleva está la de la Verónica.
Su paño, cuya cara refleja al Señor va cambiando según el año en función de la existencia de alguna fecha destacada.

La buena gastronomía
Siempre es un momento ideal para disfrutar comiendo. Si bien, como marca la tradición española, cada celebración va acompañada de un palto típico.
Durante la Semana Santa Granada vuelve a oler a pestiño y rosco. Este particular dulce que a tantos enamora es uno de los principales atractivos para el paladar.
Si bien, no es mal momento tampoco para probar otros platos propios de la cocina granadina como bien pueden ser el plato alpujarreño o el potaje de hinojo.
Del rezo del Vía Crucis
De gran importancia en la celebración granadina, la Hermandad del Vía Crucis realiza paradas desde la Plaza de Santa Ana hasta la Casa de la Hermandad realiza unas paradas de rezo.
Cabe destacar que los lugares donde se producen estas estaciones se encuentran engalanados por aquellos vecinos que sienten fervor por Nuestro Padre Jesús de la Amargura y Nuestra Señora de los Reyes.

Sin duda, todo un ejemplo de participación ciudadana dentro de la tradición.
Es una oportunidad única para ver una decoración particular y bastante curiosa.
Visitas a los templos
Durante la adoración al Santísimo es posible acudir a las iglesias y parroquias en horarios fuera de lo común durante el paso del jueves al viernes.
No solo es un momento para rendir culto, también es una oportunidad excepcional para poder visitar algunos lugares que normalmente no se encuentran abiertos al público durante estas horas.
Acudir a la Catedral de Granada, una de las más representativas del Renacimiento español.
La Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, del 1501, es una de las joyas de la ciudad. Guarda en su interior imágenes tan destacadas como la de la Virgen de las Angustias, patrona de Granada.
Desde la iglesia de Santo Domingo de Granada a la iglesia de San Juan de los Reyes, pasando por otras como la Iglesia del Sagrario o la iglesia de Santa María Magdalena.
Todas ellas se engalanan para la ocasión. Siendo por tanto un momento único para poder verlas en esta época de pasión y tradición.
No sabemos si será el olor a incienso, el color que da a todo la primavera o el hecho de que poseamos uno de los escenarios más bellos del mundo.
Pero lo cierto es que la Semana Santa de Granada atrae cada año a más curiosos que deciden ver con sus propios ojos esta celebración tan antigua.
Más allá de la celebración religiosa, acercarse a sus calles es disfrutar de todo un recorrido histórico.
De esta forma, poder sentir la pasión que los vecinos del Sacromonte desbordan por su Cristo de los Gitanos, perderte entre las calles del Albaizin en busca de alguna imagen única o disfrutar de unos pestiños.
Cargada de tradiciones, de historia y sobre todo, de arte. Llena de curiosidades, datos de interés, lugares donde perderse.
Estos ocho días hacen de la ciudad nazarí un destino mágico a la par que curioso.
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