En Granada hay muchas estatuas y monumentos dedicados a personajes que tienen o tuvieron cierta importancia para con la ciudad. La misión de la estatua es elevar a significado histórico y estético a un personaje en cuestión.
Busto a Francisco de Paula Valladar
Este busto dedicado a Francisco de Paula Valladar, escritor e historiador muy vinculado con Granada, se encuentra en los jardines laterales que dan al río Genil en el Paseo de la Bomba, cerca de Puente Verde.

Se trata de un pedestal de piedra arenisca clara, con forma de obelisco piramidal y altura casi humana.
Lleva esculpida una alegoría en la parte delantera consistente en una figura femenina arrodillada, con tocas en la cabeza y con la mano derecha cerrada y la izquierda abierta.

Detrás aparecen los títulos de sus obras:
GUÍA DE GRANADA
EL GENERALIFE
HISTORIA DE ARTE
COLON EN SANTA FE
D. ÁLVARO DE BAZÁN
LAS FIESTAS DEL CORPUS
ALHAMBRA (REVISTA)
OLVIDO
Encima, el pie del busto, también en arenisca, donde resalta:
F. DE P
VALLADAR
1852 1924

El busto es de bronce y representa la cabeza del periodista y escritor granadino con alguna alegoría femenina esbozada y poco lograda.
En un lado aparece la firma: J. Palma
Francisco de Paula Valladar
Francisco de Paula Valladar y Serrano nació en Granada el 11 de abril de 1852 y murió en esta ciudad el 22 de febrero de 1924.
Fue un escritor erudito, periodista muy apreciado y entusiasta defensor de los monumentos y costumbres de Granada.
Estudió Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Granada. En 1884 fundó la revista “La Alhambra“, la cual la dirigió durante 27 años.
También publicó sus colaboraciones periodísticas en otros diarios y revistas: fue redactor de La Lealtad, El Defensor de Granada, Boletín del Centro Artístico, El Liceo, Ideairum, etc.
Escribió numerosos artículos sobre la historia, los monumentos, los personajes, la vida, el teatro y las anécdotas de Granada, siempre con un espíritu crítico y una gran sabiduría.
También editó libros sobre las leyendas de Andalucía.

Estrenó algunos sainetes y firigió una orquesta con la que estrenó algunas de sus piezas musicales.
El escultor José María Palma de Velasco, discípulo de Nicolás Prados, entabló amistad con Valladar en los años diez del siglo XX. Desde entonces fueron frecuentes los comentarios de sus obras en La Alhambra, sobre todo entre 1916 y 1920.
Aunque el escultor residía en Madrid, expuso en numerosas ocasiones en el Centro Artístico y en la Casa de los Tiros. Es lógico que se le encargara este monumento de su amigo y crítico, que fue fundido por Mir y Guerrero en Madrid.
Al principio estuvo colocado en los Jardines del Triunfo, pero después se instaló en su ubicación actual.

Referencias: “Agua, mármol y bronce”, de Gabriel García Guardia. Editorial Caja Granada. E Ideal.
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