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Granada Eterna

Carlos V de Alemania y I de España

Llamado «el César» (Gante, 24 de febrero de 1500-Cuacos de Yuste, 21 de septiembre de 1558), reinó, junto con su madre Juana I de Castilla, (esta última de forma solamente nominal) en todo el Imperio español como Carlos I, desde 1516 hasta 1556, reuniendo así por primera vez en una misma persona a la Corona de Castilla (el Reino de Navarra inclusive) y a la Corona de Aragón.

Retrato de Carlos V sentado, por Tiziano
Retrato de Carlos V sentado, por Tiziano (c. 1548). Óleo sobre lienzo, 205 x 122 cm. Alte Pinakothek (Múnich).

Asimismo fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, como Carlos V, desde 1520 hasta 1558.

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Sangre

Hijo de Juana I de Castilla y Felipe I el Hermoso, y nieto por vía paterna de Maximiliano I de Habsburgo y María de Borgoña (de quienes heredó el patrimonio borgoñón, los territorios austriacos y el derecho al trono imperial) y por vía materna de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón de quienes heredó Castilla, Navarra, las Indias, Nápoles, Sicilia y Aragón.

Carlos I de España retratado por Tiziano, 1532-1533.
Carlos I de España retratado por Tiziano, 1532-1533.

El 22 de enero de 1516, el abuelo del príncipe Carlos, Fernando II de Aragón redactaba su último testamento.

En él, lo nombraba Gobernador y Administrador de los Reinos de Castilla y León, en nombre de la reina Juana I, incapacitada por su enfermedad.

En lo concerniente a la Corona de Aragón, el rey Fernando dejaba todos sus estados a su hija Juana, nombrando, también en este caso, Gobernador General a Carlos en nombre de su madre.

Hasta que Carlos llegara, en Castilla gobernaría el Cardenal Cisneros y en Aragón el arzobispo Alonso de Aragón.

El 23 de enero moría el rey Fernando en Madrigalejo (actual provincia de Cáceres). A partir de entonces, Carlos comenzó a pensar en tomar el título de “Rey”, aconsejado por sus consejeros flamencos. Esta decisión no era bien vista en la Península.

El Consejo de Castilla le envió una carta el 4 de marzo en la que le pedía que respetase los títulos de su madre, ya que «aquello sería quitar el hijo al padre en vida el honor». Pero diez días después las honras fúnebres por el rey Fernando terminaron con gritos de:

Vivan los católicos reyes doña Juana y don Carlos su hijo. Vivo es el rey, vivo es el rey, vivo es el rey.

El 21 de marzo, Carlos envió una carta a Castilla en la que informaba de su decisión de titularse Rey.

Tras largas deliberaciones del Consejo, el 3 de abril el cardenal Cisneros comunicó al reino la decisión de Carlos. El 13 del mismo mes se informó de la nueva intitulación real:

Doña Juana y don Carlos su hijo, reina y rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas de Canaria, de las Islas, Indias y Tierra Firme del mar Océano, condes de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina, duques de Atenas y Neopatria, condes de Ruisellón y de Cerdaña, marqueses de Oristán y de Gociano, archiduques de Austria, duques de Borgoña y de Brabante, condes de Flandes, de Tirol, etc.

En mayo, los tres estamentos del Reino de Navarra, reunidos a petición del virrey Antonio Manrique de Lara, juraron fidelidad a Carlos como su rey y señor natural.

Carlos I y su esposa Isabel de Portugal. Copia de Rubens de un cuadro desaparecido de Tiziano
Carlos I y su esposa Isabel de Portugal. Copia de Rubens de un cuadro desaparecido de Tiziano.

Emperador del Sacro Imperio

Tras el fallecimiento de su abuelo Maximiliano I de Habsburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, el 12 de enero de 1519, Carlos reunió en su persona los territorios procedentes de la cuádruple herencia de sus abuelos: habsburguesa (Maximiliano I), borgoñona (María de Borgoña), aragonesa (Fernando el Católico) y castellana (Isabel la Católica), aunque pocos años después renunció en su hermano Fernando los territorios de Austria.

En competencia con el rey de Francia Francisco I, lo que supuso un gasto enorme al que Carlos hizo frente buscando dinero en Castilla y en banqueros alemanes, como los Welser y Fugger, el 23 de octubre de 1520 fue coronado rey de Romanos en Aquisgrán y tres días después fue reconocido Emperador electo del Sacro Imperio Romano Germánico.

Estos asuntos en Alemania lo ausentaron de España hasta 1522.

El 24 de febrero de 1530, el mismo día de su cumpleaños, en Bolonia, Carlos fue coronado como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico por el papa Clemente VII, quien se convirtió en aliado de la causa imperial.

El ideario del emperador fue el ideal del humanismo de la Universitas Christiana, la supremacía de la autoridad imperial sobre todos los reyes de la cristiandad y la asunción de la defensa del catolicismo.

Esta concepción imperial fue obra de mentes españolas como Pedro Ruiz de la Mota, Hugo de Moncada o Alfonso de Valdés.

Frente a estos ideales universalistas mostraron su desacuerdo el rey francés Francisco I y el Papa. De ahí que estuviera constantemente en lucha con ambos durante su imperio.

Después de tantas guerras y conflictos, Carlos entró en una fase de reflexión: sobre sí mismo, sobre la vida y sus vivencias y, además, sobre el estado de Europa. La vida terrenal de Carlos estaba llegando a su conclusión.

Los grandes protagonistas, que junto con él habían trazado la escena europea en la primera mitad del siglo XVI, habían fallecido: Enrique VIII de Inglaterra y Francisco I de Francia en 1547, Martín Lutero en 1546, Erasmo de Róterdam diez años antes y el papa Pablo III en 1549.

Retrato de Carlos V sentado, por Tiziano
Retrato de Carlos V sentado, por Tiziano (c. 1548). Óleo sobre lienzo, 205 x 122 cm. Alte Pinakothek (Múnich).

El Sueño de un Imperio Universal

El balance de su vida y de aquello que había completado no era del todo positivo, sobre todo en relación con los objetivos que se había fijado. Su sueño de un Imperio universal bajo los Habsburgo había fracasado, así como su objetivo de reconquistar Borgoña.

Él mismo, aunque autonombrándose el primer y más ferviente defensor de la Iglesia Romana, no había conseguido impedir el asentamiento de la doctrina luterana.

Sus posesiones de ultramar se habían acrecentado enormemente, pero sin que sus gobernadores hubiesen podido implantar estructuras administrativas estables.

Pero tenía consolidado el dominio español sobre Italia, que se aseguraría después de su muerte con la Paz de Cateau-Cambrésis en 1559 y duraría ciento cincuenta años.

Carlos comenzaba a tener conciencia de que Europa se encaminaba a ser gobernada por nuevos príncipes, los cuales, en nombre del mantenimiento de los propios Estados, no intentaban mínimamente alterar el equilibrio político-religioso al interior de cada uno de ellos.

Su concepción del Imperio había pasado y se consolidaba España como potencia hegemónica.

En las abdicaciones de Bruselas (1555-1556), Carlos dejó el gobierno imperial a su hermano, el Rey de Romanos Fernando (aunque los electores no aceptaron su renuncia formalmente hasta el 24 de febrero de 15582 3 ) y la de España y las Indias a su hijo Felipe.

Regresó a España en una travesía en barco desde Flandes hasta Laredo, con el propósito de curar la enfermedad de la gota en una comarca de la que le habían hablado por su buen clima y alejada de las grandes ciudades, la comarca extremeña de La Vera.

Tardó un mes y tres semanas en llegar a Jarandilla de la Vera, lugar donde se hospedó gracias a la hospitalidad del IV conde de Oropesa, Fernando Álvarez de Toledo y Figueroa que lo alojó en su Castillo de Oropesa.

Monasterio de Yuste

Allí esperó desde el 11 de noviembre de 1556 hasta el 3 de febrero de 1557, fecha en que finalizaron las obras de la casa palacio que mandó construir junto al Monasterio de Yuste. En este plácido lugar permaneció un año y medio en retiro, alejado de las ciudades y de la vida política, y acompañado por la orden de los Jerónimos, quienes guiaron espiritualmente al monarca hasta sus últimos días.

En su testamento reconoció a Juan de Austria como hijo suyo nacido de la relación extramatrimonial que tuvo con Bárbara Blomberg en 1545. Lo conoció por primera vez en una de las habitaciones de la casa palacio del Monasterio de Yuste.

Finalmente, el 21 de septiembre de 1558 falleció de paludismo tras un mes de agonía y fiebres (a lo que se sumaba la gota, enfermedad que también padecía de manera aguda), causado por la picadura de un mosquito proveniente de las aguas estancadas de uno de los estanques construidos por el experto en relojes e ingeniero hidrográfico Torriani.

Estandartes con las armas de Aragón, de León y de Castilla
Estandartes con las armas de Aragón, de León y de Castilla en las exequias a la muerte de Carlos I. Jérôme Cock, Funerales de Carlos I, Amberes, Cristóbal Plantino, 1559.

FUENTE: Wikipedia


PALACIO DE CARLOS V EN EL RECINTO DE LA ALHAMBRA:

Frontal del Palacio de Carlos V en el recinto de la Alhambra
Frontal del Palacio de Carlos V en el recinto de la Alhambra
Interior del Palacio de Carlos V. Alhambra
Interior del Palacio de Carlos V. Alhambra

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