La Casa de las Chirimías se encuentra situada en el Paseo de los tristes, junto al río Darro, levantada en el siglo XVII, concretamente en 1609 en terrenos cedidos por los señores de Castril.

Es un edificio levantado por el cabildo de la ciudad y destinado para que los músicos actuaran mientras que las personalidades contemplaban los festejos en dicho paseo donde se celebraban grandes eventos, como carreras de burros o fiestas de toros y cañas.

El edificio fue concebido como un templete para tocar chirimías y trompetas de ahí su nombre de “Casa de las Chirimías”.
Se trata de un torreón de planta cuadrada de 25 metros con planta baja y dos niveles superiores.

El nivel superior está compuesto por dos arcos abiertos de medio punto en cada uno de los lados, en la fachada principal el escudo de la ciudad, y en sus laterales una granada envuelta en moldura barroca, con unos discos de cerámica verde.
De las escrituras de Jorquera sacamos la siguiente crónica:
“…En el bajo colocándose alguaciles y ministros; en el piso primero, hecho tribuna, los caballeros veintiquatro con el corregidor y los Alcaldes, y en el segundo, tribuna también, los músicos. El cercano puente, que comunica dos Cármenes de la opuesta orilla llámase de las Chirimías, por su proximidad a la tribuna de los músicos…”
A principios del siglo XIX fue adquirido por las monjas de la Magdalena, que a su vez la alquilaron, sufriendo importantes remodelaciones al adaptarla a Vivienda.

De ahí que en fotografías de época aparezca con los arcos tapiados y con su fachada encalada.
Asimismo al edificio se le adhesionó la finca colindante, perdiéndose para siempre su frente oeste.

Chirimías
El término “Chirimías” hace alusión al instrumento musical de viento que tiene una serie de orificios que se abren o cierran con sus dedos. Este instrumento termina en forma cónica, y su sonido es agudo, claro, penetrante y potente.
Se utilizaba en los festejos de toros y cañas, y en ocasiones se acompañaban de tamboril y otros instrumentos de percusión.

Con las Chirimías se interpretaban música renacentista y barroca, fundamentalmente aires de danza.
La casa fue restaurada en el año 1983 por el Ayuntamiento de Granada y bajo las directrices del arquitecto Francisco Javier Gallego Roca, tras estar más de siglo y medio dedicada a vivienda.
En la actualidad se han vuelto a recrear los actos musicales de antaño, con recreaciones realizadas por actores, que han amenizado el festivo ambiente del lugar al son de las trompetas y Chirimías.

La Casa en la actualidad acoge un punto de información turística.
Junto a la Casa de las Chirimías se encuentra la escultura homenaje a Mario Maya y, uniendo las dos orillas del río Darro, el Puente de las Chirimías, que sustituyó al antiguo puente árabe “Qantarat Inb Raxiq”, por el que se accede al Hotel Reuma.
Por “Javier Hernández”
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