En la calle Ancha de Santo Domingo (barrio del Realejo), muy próxima a la iglesia del mismo nombre, se encuentra la Casa de los Girones.
Uno de los pocos ejemplos de vivienda nazarí, del siglo XIII, que quedan en Granada.
El inmueble original fue una rábita u oratorio almohade que el sultán Muhammad II transformó en residencia aristocrática, allá por el año 1290.
Pasando, hacia finales del siglo XV, a formar parte de un palacio-almunia, propiedad de una hermana de Boabdil.
La Santa Inquisición
Tras la conquista de la ciudad fue adquirida por la Santa Inquisición y, en 1554, por la familia Téllez Girón, de la que toma su nombre.
Estos la adaptan a las necesidades y gustos de la época, sufriendo importantes transformaciones.
Es en 1863 cuando, a raíz de unas obras, sale a la luz su pasado árabe.
Fue rehabilitada por Leopoldo Torres Balbás, tras adquirirla el estado, en 1930.
En el siglo XIX
En el siglo XIX, debido al aumento de la población y a la escasez de viviendas, se convierte en casa de vecinos, con el deterioro que ello conlleva al hacerse particiones, levantar tabiques y abrir huecos.
Se declaró Monumento Histórico-Artístico en 1922.
Siendo rehabilitada, como ya he mencionado por Torres Balbás, para albergar la sede del Festival de Música y Danza de Granada.
Pasando a ser, desde 2001, sede del Instituto Andaluz de la Juventud (dependiente de la Junta de Andalucía).
La vivienda está dispuesta alrededor de un patio con alberca rectangular y solo conserva 1 de sus pórticos originales, ya que, al parecer, la propiedad se dividió, quedando el patio reducido aproximadamente a la mitad del original.
Consta de un zaguán desde el que se accede al patio que, en su momento, como todos los de la época, tenía la entrada en recodo.
Ante nosotros aparece la alberca y, frente a uno de sus lados más estrechos, el salón principal al que se accede a través de un arco angrelado, con atauriques en las albanegas.
Sobre este, 3 ventanitas cubiertas con celosías enmarcadas por columnillas con fustes estriados en espiral y en la central, escrita con caracteres cúficos, la inscripción “Dios es el refugio”.
Sobre ellas una franja de yesería geométrica, con lazo de ocho, que se extiende a lo largo de todo el paramento:
En el interior del arco, dos tacas, siendo original la situada en la jamba derecha, que aún conserva restos de policromía en la yesería y parte de los azulejos policromados, originales, en su base.
De las reformas efectuadas en el siglo XVI, permanecen: la torre, parte de la galería del patio y la escalera con bóveda de arista.
En la galería de la primera planta, se conservan pinturas murales al temple, con motivos que nos recuerdan a los de la Casa de Zafra:
… y unos curiosos “grafitos históricos”. Este con el dibujo de una embarcación:
Entrada gratuita.
De lunes a viernes (de 10 a 14 horas).
Por “Carmen Pérez”
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