El beaterio de Santa María Egipciaca para prostitutas recogidas nació en 1594, pero al quedarse pequeño, las obras de su Iglesia y dependencias “conventuales” se llevaron a cabo entre 1632 y 1643.
La Portada de su Iglesia sí parece ser la misma que diseñó Ambrosio de Vico en 1609. Dentro, imágenes de Alonso de Mena convivían con la Santa Titular, del arte de Diego de Mora.
Los franceses fueron los primeros en darle la puntilla de muerte al edificio, que conoció el esplendor de la institución cuando la Congregación (“Hermandad”) se instaló allí en 1757.
Cuando las monjas vuelven a su beaterio en 1813, encuentran los destrozos franceses y tienen que renovarlo todo.
Así será en 1860 cuando José Contreras remodele la Iglesia. La institución, de un corte social que a día de hoy sorprendería, está viva hasta 1949.
Había durado 355 años.
Los tiempos que corren no son propicios para este modelo de “inserción social” de la época trentina y las monjas se pasan a la Orden del Carmen.
Siete cursos escolares dura el edificio como Colegio y cuando el Ayuntamiento de Manuel Sola acomete una obra contemporánea que conecte el centro con el Camino de Ronda, la calle Verónica estorba.
Alineada, recta, ancha… Nace Recogidas en honor a los 355 años de labor de inclusión y recogimiento a mujeres desechadas por la sociedad.
Por delante se lleva cierta historia. La que inmortalizaron Federico o José Martín Recuerda.
Esta foto es la que mejor puede servirnos para hacernos idea de la situación del Beaterio, adosado a San Antón, y de cómo era nuestra actual Recogidas.
Un trozo de ciudad, de memoria y de labor social, que quedan en la conciencia del callejero.
Por “David Rodríguez Jiménez-Muriel”
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