
Sorolla lleva toda la primavera pintando Granada y la cartografía militar está haciendo milagros sobre la planimetría granadina diciéndonos que vamos de los 1.030 metros del Cerro del Sol a los 660 del matrimonio entre Darro y Genil.
Por lo demás, hace 110 años la prensa recuerda lo que dejó escrito el padre del noventayochismo: “A Granada llegó la epidemia del ensanche, y como no había razón para que nos ensancháramos, porque teníamos nuestros ensanches naturales en el barrio de San Lázaro, Albaicín y Camino de Huétor, y más bien nos sobraba población, concebimos la idea famosa de ensancharnos por el centro y el proyecto diabólico de destruir la ciudad, para que el núcleo ideal de ella tuviera que refugiarse en Albaicín. Y con el pretexto de que al Darro se le habían «hinchado alguna vez las narices», acordamos poner sobre él una gran vía. Y la pusimos. (Granada la Bella, 1896. Ángel Ganivet García)”.
Llegan los García Lorca, Granada se llena de farolas de filamento y los “gasistas” pierden su trabajo en pos de la modernidad.
Es el Campo del Triunfo en 1909, el viejo camino a Santa Fe, la actual Constitución.
Qué envidia de paisanos de hace 110 años.
Por “David Rodríguez Jiménez-Muriel”
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