El Paseo de Romayla está dentro de la estampa clásica del Paseo de los Tristes, aunque históricamente abarcaba un espacio mayor.
Se puede apreciar su mágico emplazamiento a los pies de la Alhambra, accediendo a él tanto por el mítico itinerario paralelo al Darro, como bajando por la Cuesta del Chapiz, separación natural del Sacromonte y el Albaicín.
Este paisaje cultural de más de 14.000 m2 de zonas verdes, se encuentra junto al cauce del río entre el puente del Rey Chico y el de las Chirimías.
Los usos de este territorio han sido diversos y su titularidad ha ido pasando poco a poco a manos públicas, siendo adquirida por el Patronato de la Alhambra y Generalife en 1960. Aunque actualmente su acceso está restringido porque el espacio está vallado, se puede observar de soslayo al cruzar directamente frente a la Cuesta del Chapiz, atravesando un espacio donde se ha instalado un circuito de parque biosaludable hace pocos años.
El Paseo de Romayla toma su nombre por la Acequia de Romayla, término legado por la herencia andalusí que a pesar de haberse cristianizado como la Acequia de Santa Ana, sigue siendo más conocida por su primera nomenclatura.

Desde sus orígenes, esta acequia fue considerada un lugar saludable por la nobleza de la Granada nazarí que habitaba la zona.
En sus orígenes, la parcela de Romayla se interrumpía en el tajo de San Pedro, que la acequia burlaba mediante un acueducto hasta llegar a los edificios de la ciudad que comenzaban aproximadamente a la altura de la puerta de los Tableros o puente del Cadí.
La derivación se daba a 700 metros de altura, mediante el Puente-acueducto de Peregrina. Esta acequia abastecía de agua las huertas, molinos y cármenes del margen izquierdo del río Darro.
El acueducto de Romayla/Santa Ana tuvo su origen en el siglo XI, cuando la acequia de Axares se bifurca hacia el lado izquierdo del Darro formando la acequia de Romayla para redimir el desnivel del barranco del Rey Chico.
Actualmente, su ergonomía es diferente debido a las transformaciones que ha sufrido a lo largo de la historia, aunque aún se conservan unos 20 metros adosados por los restos de piedra que quedan del Molino del Rey Chico.
El acueducto consta de cuatro pilares de planta rectangular y tres arcos de medio punto que soportan una galería superior cerrada por donde fluía el cauce de la acequia. La canalización y entrada a los Carmen del Granadillo y de Santa Engracia (Hotel Reuma) todavía pueden vislumbrarse a pesar de la vegetación.
La ribera izquierda del río, bajo el bosque San Pedro, siempre ha sido una zona de alto valor, tanto arqueológico por las funciones urbanas que desempeñaba la acequia en su antigüedad, como por su valor patrimonial y paisajístico para el complejo de la Alhambra. En época medieval, se emplazaron aquí molinos que después se reconvirtieron en cármenes granadinos con jardines.
A lo largo del siglo XX se fue abandonando progresivamente la zona hasta alcanzar un estado muy deteriorado.
En esta zona se encontraba El Carmen del Granadillo, que actualmente es un solar municipal desde el que se ve el mítico Hotel Reuma, inaugurado en 1910 y de efímera actividad, cuya ruinosa imagen también ha llegado a formar parte del imaginario popular granadino.

La parcela se conoce como el Carmen de las Chirimías, que también fue adquirida por el Patronato, el cual ya contempla su restauración. En la parcela se conservan algunos restos como piletas y una escalera de ladrillo de obligada fotografía que comunicaba la planta baja con la primera.
En nuestros días se quiere volver a la presencia del agua en la zona, el protagonismo que tuvo históricamente, también con el fin de rehabilitar un histórico paseo peatonal y accesible que quiere recuperar el trazado original de acceso a la Alhambra por la Cuesta de los Chinos.
Hace relativamente poco se aprobaba el Plan Alhambra, que establecía las bases de restauración de la zona del Paseo de Romayla para reactivar el remanente de tesorería e impulsar de nuevo la economía turística.
El objetivo del proyecto a nivel arquitectónico y urbano es recuperar el Paseo del Aljibillo y el antiguo trazado de la Cuesta de los Chinos, lo que conlleva la rehabilitación del puente sobre el arroyo que unirá los restos del Acueducto y el Molino de Santa Ana con el Carmen del Granadillo, formando así una serie de paseos peatonales que darán continuidad al recorrido.

En el proceso de obras de recomposición se han hallado estructuras del siglo XX y otras de etapas más antiguas (siglos XVIII – XIX). La excavación arqueológica ha recuperado el Acueducto y el Molino del Rey Chico.
A pesar la necesidad de rehabilitación del Paseo de Romayla, las opiniones de los vecinos son dispares, debido a que algunas reformas contemplaban la tala del arbolado actual, construcción de muros de hormigón y la instalación de un ascensor con cerramiento de vidrio.
Estos son algunos de los elementos por los que el plan de restauración ha estado en el punto de mira por parte de los propietarios de las viviendas de la zona que piden que se mantenga la armonía entre la historia y el turismo.
Rocío Álvarez
¿Quieres dejar tu comentario sobre este artículo?