Hoy vamos a hablar de uno de los lugares más bonitos y desconocidos que tiene la Alhambra, se trata del Peinador de la Reina, un lugar que desgraciadamente no entra en la visita general al monumento, debido obviamente a cuestiones de organización, conservación y seguridad.

Sin embargo excepcionalmente a través de visitas programadas por el Patronato de la Alhambra es posible acceder a este lugar, bien a la parte original de la Torre, la planta baja, zona musulmana, o bien a la zona alta de la Torre, la parte Cristiana, en las siguientes líneas os cuento un poco que podemos ver en este bello y oculto rincón de la Alhambra.

El Peinador de la Reina, conocido también como Tocador o Mirador, se construyó en el año 1537 sobre la torre de Abu I Hayyay, y su nombre se debe a que fueron los aposentos utilizados por la Emperatriz Isabel, la esposa de Carlos V, durante su estancia y luna de miel en los Palacios Nazaríes. Todo esto antes de que debido a unos fuertes terremotos que se produjeron durante ese período de tiempo, hicieran que se trasladara al Monasterio de San Jerónimo.

El lado sur, contiene un arco de medio punto, que fue una antigua linterna árabe, encontrándose en los demás lados una galería abierta al paisaje, con unas impresionantes y bellas vistas sobre el barrio del Albaicín, el valle del Darro y sobre el Generalife.

A la entrada de la estancia encontramos una curiosa losa en el suelo, una especie de estufa, por la cual emanaban las esencias y perfumes que se quemaban en una chimenea en el piso de abajo, de ahí que también se le conozca por el nombre de “Torre de la estufa”.

Se trata de la losa del sahumerio, que fue realizada por Oliver Hurtado en 1540 como complemento a un sahumerio que había en la planta baja, es de mármol con unas dimensiones de 82 cm x 74 cm, y tiene 16 orificios de 3 cm de diámetro.
La Torre de Abu I Hayyay fue construida por Yusuf I (1333-1354) y terminada por Mohammed V, es una torre situada sobre el adarve defensivo de la muralla, se accedía por el adarve o pasadizo que parte desde el Salón de Embajadores, y que a fecha de hoy podemos ver su comienzo y final, siendo muy difícil su visita al público.


La Torre tiene planta rectangular con unas dimensiones de 8,10 metros x 5,75 metros, el interior es hueco con un espacio que se eleva hacia la armadura del techo, el espacio superior se construyó como ya hemos mencionado en 1537 para la emperatriz.

Era un espacio no construido para se habitado, en el interior de la parte baja destaca la sala de 7 x 5 metros, con ventanas bajas y celosías, centrada por una linterna con armadura ataujerada y policromada, dos columnas en el centro y arquillos en los extremos, dividen este espacio en un vestíbulo rectangular.

La torre conserva pese a todas las reformas realizadas, ricas piezas en yeso, pintura y loza dorada.
Quizás lo que más hace destacar a este espacio son sus pinturas al fresco, realizadas entre los años 1539 y 1543 y que representan la campaña de Carlos V a Túnez contra Barbarroja en el año 1535, existen otras pinturas que representan virtudes o la fábula de Faetón.

Concretamente las pinturas representan la partida del puerto de Cagliari, el próspero viaje rumbo a África, y la ciudad de Túnez fuertemente protegida. Así como las escaramuzas entre moros y cristianos.

Desgraciadamente estas pinturas están llenos de grafitis históricos y de rasguños.
La habitación central, está cubierta de flores, tallos, animalejos y figuritas, asimismo son destacable las figuras de las Virtudes, Templaza, Fe, Caridad, Justicia, Fortaleza y Esperanza.

Las pinturas realizadas en el nuevo gabinete fueron ejecutadas por Julio Aquiles y Alexander Mayner, discípulos de Rafael, cabe mencionar que en el centro de Granada, existe un palacio del siglo XVI, cuyas paredes están decoradas con pinturas y cuya autoría no se descarta a estos pintores, que al mismo tiempo que decoraban el palacio de la Alhambra desarrollaran su arte y virtud en este lugar.
Las columnas que aparecen en las galerías, son reaprovechadas, constan de basa, fuste, capitel y cimacio y contienen decoración vegetal y geométrica.

En el año 1831 parte de ella se destruyó, debido a un fuerte derrumbe de murallas que se produjo en la parte del Partal, y se reconstruyó con menor altura, y se descubrió una escalera secreta que partía desde este punto hasta los bosques de la Alhambra en las inmediaciones del Paseo de los Tristes.

Asimismo esta torre ya en el siglo XVI, se vio afectada por la explosión del polvorín de San Pedro. La mayor restauración ya se realizó por Torres Balbás en el año 1930.
Para acceder a la parte baja de la torre, la parte árabe de la misma se hace a través de una puerta situada en el patio de Daraxa.
Hoy día el conjunto está muy cambiado respecto a su aspecto original, de hecho como ya se comentó en las obras de 1831 aparecieron galerías y restos de casas, la parte superior del conjunto lo constituyen las que se conocen como habitaciones del emperador, lugar habitado por Washington Irving.

Esta Torre como otras del palacio, tenía la función de torre defensiva y parte del palacio, se accedía de igual forma a través del adarve que pasa por debajo de la Torre de Comares, en la puerta de acceso, un dintel labrado en madera y unas inscripciones que dicen:
El arrocabe de madera tiene el lema nazarí.- No hay vencedor sino Dios.
Justo debajo una de las pocas inscripciones fundacionales que se conservan en la Alhambra:
…el valiente Abu Abd Allah al-Gani bi-Llah hijo de nuestro señor, el príncipe de los musulmanes, el excelso sultán y noble rey, de loables acciones, hazañas, abundantes dádivas y talento, el defensor, el devastador, el subyugador de los enemigos infieles de Dios, Abu I-Hayyay, hijo de nuestro señor el sultán magnífico…
Está realizada en yeso, fue remodelada por Mohammed V, y en ella recuerda a su padre Yusuf I y a su abuelo Ismail I.
Bajo ella encontramos un campo con estrellas de doce puntas, con la inscripción.- La victoria procede de Dios.
Siguiendo el conjunto hacia abajo, dovelas decorativas con diseños de ataurique, entre los pocos restos legibles.- La gloria es de Dios.

Y justo sobre la puerta una pequeña tablilla de madera que dice .- “¡En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso¡ Te hemos concedido una clara victoria. Para perdonarte Dios tus primeros y tus últimos pecados”.- “Dios ha dicho la verdad”.
Antes de acceder a la sala, hay un pequeño descansillo, al cual se accede a través de un arco angrelado en el que podemos leer .- …Gloria a nuestro señor, Abu I-Hayyay, glorioso sea su triunfo…
En el interior de la Torre el programa epigráfico que encontramos es de una belleza y riqueza excepcionales.

Si nos fijamos en las ventanas, son geminadas con dos arcos de medio punto desangelados, sostenidos por una pequeña columna central y dos laterales adosadas a la pared, como hemos podido ver en otras torres ya visitadas y comentadas en este blog.
En las albanegas haya bendiciones y tan sólo en el dintel del muro oriental se conserva una inscripción con la azora de la Victoria del Corán.

Una de las piezas más excepcionales que hay en este lugar y que han llegado hasta nuestros días, son los alizares de loza dorada de los alféizares de las ventanas. Tienen una inscripción que dice.- Ventura eterna, Gloria permanente.

Uno de los elementos que más destacan en el interior del conjunto son las columnas, tanto las del vestíbulo, como las que soportan la linterna central, están llenas de bendiciones y del lema de los nazaríes.- La salud perpetua, o No hay Dios sino vencedor.
El dintel de la linterna, se repite el lema de la dinastía Nazarí tal y como hemos visto a lo largo del conjunto de la Alhambra, No hay Dios sino vencedor.
Otro de los elementos más vistosos de la Torre son los Zócalos pintados en las paredes con una altura de unos 90 centímetros, se aprecian aún caligrafías entre líneas rojas y verdes.

Si nos vamos a la parte superior de la Torre, la parte ya Cristiana, dentro de la armadura central de origen musulmán, en el arrocabe hay una inscripción que dice:
…El auxilio divino, el dominio y la clara victoria sean para nuestro señor Abu I- Hayyay, príncipe de los musulmanes, excelso sea su triunfo.
Por último reseñar las impresionantes vistas que desde aquí tenemos del Valle del Darro, Sacromonte, Generalife, Albaicín y Paseo de los Tristes.

Por “Javier Hernández”
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