
Punto de encuentro tanto para granadinos como para visitantes, la Plaza Isabel la Católica cuenta con una ubicación excepcional. Si realmente quieres decir que has estado en Granada, vas a tener que acudir a este lugar.
Pocas personas que hayan vivido o paseado por las calles de la ciudad se imaginan la Gran Vía sin la estatua de la reina Isabel y Colón. Sin embargo, lo cierto es que no siempre estuvo ahí.

Situada entre dos de las vías más importantes del centro: Gran Vía de Colón y Calles Reyes Católicos. A pocos metros de la Catedral, la Plaza de las Pasiegas o el barrio del Realejo, encontramos la Plaza Isabel la Católica.
Presente en cada una de las rutas que se realizan dentro de la ciudad y uno de los puntos más buscados de la misma.
La Plaza Isabel la Católica se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los signos más destacados y reconocibles de la capital granadina. No solo su fantástica ubicación la dotan de vital importancia para el turismo de la ciudad.
También el monumento que la preside, la historia que representa y las estampas que crean hacen de ella un lugar envidiable.
Un poco de historia
Aunque para algunos granadinos lo parezca, la Plaza Isabel la Católica cuenta con muy pocos años de vida. Fue construida en el 1962 con la finalidad de hacer más fluida la circulación del barrio de San Matías y Gran Vía de Colón.
Para poder realizarla tuvieron que llevarse a cabo derribos. Entre ellos cabe destacar los del teatro Gran Capitán, el palacio de los Luque o el antiguo edificio de Correos.

La construcción de edificios financieros en la plaza causó un gran impacto visual. Por ello, decidieron colocar presidiendo el lugar la estatua de Isabel la Católica y Cristóbal Colón. Situada anteriormente en el conocido Paseo del Salón, este conjunto arquitectónico fue construido en 1892 por Mariano de Benllure en Roma.
El motivo de su creación fue la conmemoración del centenario del descubrimiento de América.
Pero, ¿qué representa realmente? En ella podemos ver cómo Cristóbal Colón se encuentra junto a la reina Isabel. Este monumento representa las Capitulaciones de Santa Fe, en las cuales el navegante llegó a un acuerdo con los Reyes para poder iniciar su viaje hacia las Indias.
Alrededor de esta plaza es posible vislumbrar diferentes edificios antiguos que a nadie dejarán indiferente. Pese a la destrucción de algunos de ellos para la realización de la propia plaza, aún se conservan algunos antiguos con gran cantidad de belleza.
Cómo llegar
Acceder a esta plaza es de lo más fácil. En cuanto a transporte urbano, el SN1, SN4 y C2 tienen una parada justo al lado de la Plaza de Isabel la Católica. Al tratarse de un lugar situado en el centro de Granada apenas existe aparcamiento para poder llegar a ella en coche.
Recomendamos por tanto que si te encuentras por el casco histórico te acerques a la plaza andando. Realizar un recorrido por los alrededores para visitarla es todo un lujo para la vista. Está rodeada de fantásticos monumentos y bares donde poder disfrutar del día.
Tanto si llegas por el Barrio de San Matías, como por el Realejo, Gran Vía o Reyes Católicos, las distintas estampas te darán una perspectiva única sobre la Plaza Isabel la Católica.
Dependiendo del momento del día el sol baña una zona y otra de la ubicación. La combinación entre la luz y las fuentes que rodean el monumento de Isabel y Colón dan lugar a bellas imágenes.
Por qué visitar la Plaza de Isabel la Católica
Este monumento no solo se encuentra al final de la Gran Vía, también sirve como elemento de coronación de la misma. A día de hoy pocas personas pueden imaginarse mirar al fondo de esta avenida y no ver el fantástico monumento que preside la Plaza Isabel la Católica.
De obligada visita durante los meses de otoño. La avenida de Gran Vía viste sus árboles de un fantástico dorado, dando lugar a una de las estampas más icónicas de esta estación. La belleza de la ciudad nazarí durante esta época del año ha enamorado a más de un poeta y a algún que otro pintor.
Pero no solo la caída de las hojas favorece el hecho de visitar la plaza. Durante el resto del año, destacando la primavera, gran cantidad de colores envuelven toda la plaza.
Alrededor del monumento se disponen una variedad amplia de flores que otorgan un estallido de color al conjunto arquitectónico.
Es una ubicación envidiable. Sin movernos de esta plaza sería posible acudir a fechas tan importantes en el calendario granadino como la procesión del Corpus Christi o el pasacalles del característico personaje de la Tarasca.

A su vez, tampoco pierde protagonismo frente a otras celebraciones. Lugar de paso de algunas procesiones de Semana Santa, donde una gran cantidad de fotógrafos esperan para poder captar en todo su esplendor la pasión de la festividad.
Si bien cabe destacar que desde este lugar es posible divisar uno de los atardeceres con más encanto. Cuando el sol cae en Reyes Católicos y Gran Vía el cielo se tiñe de violeta dando lugar a una estampa única.
Poder disfrutar de ello mientras degustas un fantástico helado en la plaza es todo un lujo para todos los sentidos.
Oferta gastronómica
La Plaza Isabel la Católica es un punto clave donde poder comer en sus alrededores los manjares de la tierra. Cuenta con gran cantidad de bares y restaurantes que ofrecen todo tipo de oferta gastronómica. Desde el Barrio San Matías al Realejo y pasando por otras ubicaciones como la calle Elvira.
Granada te conquista nos solo por la vista, también por el estómago.
Tratándose de uno de esos lugares donde la luz brilla de otra forma. Quizá se deba a que justo en ella se abren caminos hacia otras maravillas granadinas. Muy cerca de la plaza se encuentra el Ayuntamiento de Granada situado en la Plaza del Carmen.
El edificio, antiguamente convento del Carmen Calzado, alberga gran cantidad de historia y una decoración bastante particular. En días como los de la salida de la Tarasca o el Día de la Cruz, la plaza se engalana con sus mejores vestimentas para acoger a los granadinos y visitantes.


Uno de esos caminos que inicia la Plaza Isabel la Católica es el que nos llevará hacia el maravilloso barrio del Realejo. Lleno de callejuelas donde perderse o más bien, encontrarte, nos permite encontrar rincones tan emblemáticos como el Campo del Príncipe.
En él encontramos a un Cristo de los Favores, rodeado de misticismo y leyendas.
Muy cerca del Museo Casa de los Tiros
Justo en él está el Museo Casa de los Tiros. Este edificio construido entre 1530 y 1540 que cuenta con un artesonado policromado en la Cuadra Dorada, el salón principal. También cabe destacar sus puertas platerescas. Alberga una biblioteca y hemeroteca que recoge diferentes temas granadinos accesible a todo aquel que desee su consulta.
Cabe decir que es posible iniciar desde aquí una ruta hacia el famoso barrio del Albaycín. Repleto de calles llenas de encanto, rincones donde poder enamorarse y sobre todo unas vistas espectaculares de la Alhambra allá por donde mires.
Desear vivir en él es algo común. No querer abandonarlo nunca, también. Con lugares tan famosos como el Mirador de San Nicolás, con una de las puestas de sol más envidiadas del planeta.
Pero nada tiene que envidiarle otro de los enclaves que se encuentran a metros de la Plaza Isabel la Católica. El Paseo de los Tristes, rodeado de magia y misterio, ha robado más de un corazón. Ubicación clave donde poder disfrutar de un paisaje de infarto.
Cuenta con una gran cantidad de restaurantes para poder divisar lo que te rodea con una buena comida o bebida a mano. Bañado por el río Darro, cuenta con ese halo de arte y belleza que tanto caracteriza a la ciudad.

Mucho más cerca está la Catedral de Granada. La reina Isabel de Castilla mandó construir en 1505 sobre la Mezquita Mayor de la ciudad este edificio. Es considerado uno de los primeros de corte renacentista de España.
Situada en la Plaza de las Pasiegas, donde el juego de luces y sombras realizan a lo largo del día distintas estampas sobre el lugar.
Lugar de paso obligado
Por lo tanto, la Plaza Isabel la Católica es uno de los lugares más característicos de la ciudad. Punto clave donde la mayoría de turistas realizan al menos una foto. Lugar de paso obligado para poder disfrutar plenamente del centro de Granada.
Esta ubicación representa uno de los contrastes más comentados de la ciudad entre el monumento central y el edificio que se encuentra a sus espaldas. Como decía Juan Ramón Jiménez “cada otoño volveremos a Granada a morir un poco”, pero siempre con las vistas del monumento de Isabel y Colón al final de la avenida de Gran Vía como estampa.
Disfrutar de un fantástico día en la ciudad significa pasar, como mínimo, una vez por esta plaza. Pararse en ella a divisar qué contempla, desde hace tanto tiempo, Isabel en su trono.
Poder visualizar la belleza de los edificios que rodean la Plaza Isabel la Católica y poder coger aire para continuar con las aventuras granadinas. Trazar el plan de ruta a partir de este fantástico lugar o cogerlo como punto de finalización.
Si bien es cierto que todos coincidiremos que da igual el lugar a dónde nos dirijamos en el centro de Granada, porque al final de la jornada todos los caminos confluyen en la Plaza Isabel la Católica.

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