
Puerta Real en 1978
Pocas cosas me dan más coraje que no poder precisar la autoría de esta foto y darle a César lo que es de César, habida cuenta de lo que me molesta a mí que me lo hagan.
Llevo cuatro meses a la caza de su autor y pido perdón por adelantado por no precisarlo, pero no quería que se acabara el año sin poneros Puerta Real en 1978, o sea, hace 40 años, porque la fecha lo merecía y porque sin ser una imagen habitual de las que os dejo, con un centenario a las espaldas como poco, es sin duda testimonio de cómo a las ciudades españolas no les sentó nada bien el desarrollismo y cómo quisimos ser más modernos que nunca durante una década larga, haciendo acopio de un “decorado” urbano atroz capaz de tapar incluso, nuestro emblemático Suizo.
Yo al ver la imagen, de coches aparcados en Puerta Real, ocho cartelones publicitarios sin permitir un atisbo de arquitectura, los Land Rover casi militares andando la Acera del Casino hacia arriba o esas farolas desmesuradas me completan la escena.
Es curioso que cuando se toma la foto, el edificio ha cumplido 108 años (ahora ya son 148) y sin embargo, Cocinas Ébano, Joyerías Platino y Topacio y por supuesto, “Los Vázquez”, son una deformación provinciana de Time Square.
Tres cosas añoro de la foto: el carro Carrera del Darro abajo, los árboles frondosos de las aceras y leer Café Granada, el que uno descubrió con ojos siempre sorprendidos, en la niñez. El de las conchas de ensaladilla y camareros uniformados como para atender a la Reina de Inglaterra.
Por “David Rodríguez Jiménez-Muriel”
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