Miércoles 29 de mayo de 1918.
La mañana, como siempre, ajetreada. Ha habido “pública de las fiestas”.
Han comenzado los días grandes de la ciudad. Por la tarde, a escuchar música al Salón; al abrigo del romántico quiosco los músicos. Los granadinos se calan sus borsalinos que ya gana la partida a los hongos que aún subsisten, herencia de otro tiempo.
Día de fiesta, se viene el Señor a las calles la mañana siguiente y a la fresca de la caída de la tarde, apetece el esparcimiento que ofrece la arboleda del Salón.
Al poco iba a morir Garrido Atienza, o lo que es lo mismo, el autor de “Las aguas del Albaicín”, “Fiestas del Corpus”, “La fiesta de la Toma” o “Antiguallas granadinas”.
Sus propuestas fueron extraordinarias, hacia 1889 y siguientes, cuando era concejal por Santa Escolástica (como lo oyen): desviar el Darro (no embovedarlo, ¡no!, desviarlo), la celebración del IV Centenario del Descubrimiento en Granada (lo propuso en 1888) y fue un firme defensor de la Gran Vía.
101 años de foto, para un Corpus en blanco y negro.
Por “David Rodríguez Jiménez-Muriel”
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